martes, 30 de octubre de 2012

Carta de un sindicalista

¿QUIÉN DEBE PAGAR EL ACOSO LABORAL EN EL AYTO. ERRENTERIA?

(Carta al DIARIO VASCO del 23/03/2011)
http://www.diariovasco.com/v/20110323/pasaia-errenteria/acoso-laboral-20110323.html

Acoso laboral

Hace pocas semanas la prensa estatal dio a conocer unos hechos que apuntan a una actitud que nos parece constructiva en el esfuerzo para eliminar el acoso laboral o mobbing. El 15 de febrero, el diario La Rioja refiere un caso de mobbing practicado contra un trabajador del Gobierno riojano cuya denuncia y proceso legal dieron lugar a una condena contra este Gobierno comunitario, que deberá indemnizar al trabajador con 81.492 euros.

El PSOE de esta comunidad ha decidido exigir que sean los responsables del acoso, y no las arcas públicas, los que paguen la indemnización, exigiendo, además, la dimisión y el cese de los responsables involucrados en los hechos. Esta actitud supone una clara llamada de atención, además de contener un efecto poderosamente disuasorio. Se trata de acabar con la impunidad, desde una posición de coherencia.por lo que no dudamos en calificar la iniciativa como altamente positiva

Lo triste de la noticia es que esta posición no parece responder a una cuestión de principios, sino a una cuestión de oportunismo político. Por desgracia, los casos de acoso laboral son mucho mas cercanos de lo que solemos sospechar. Nos referimos al Ayuntamiento de Errenteria.

Nuestro Ayuntamiento también ha sido condenado tras un proceso legal y una denuncia por un caso de mobing contra una de sus trabajadoras. También hay una sentencia que le condena a abonar un importe económico de por vida a esta trabajadora. Nuestro Ayuntamiento ya ha desembolsado para ello cerca de 230.000 euros, casi tres veces más que en el caso de La Rioja. Dinero que han aportado las arcas municipales, es decir, todos los ciudadanos.

Pero aquí no hemos visto al PSOE exigir ningún cese ni ninguna dimisión, ni mucho menos exigir que el coste recaiga sobre los responsables del acoso. Han debido ser los partidos de la oposición los que hayan exigido la creación de una Comisión de Investigación que aclare las responsabilidades. Si por algo han destacado en nuestro Ayuntamiento la coherencia y los principios, es por su ausencia. En Errenteria parece no valer lo que sí vale en La Rioja.

Y la única diferencia parece ser que la de que allí gobiernan unos y aquí gobiernan otros. Difícilmente podremos avanzar en la lucha contra el acoso laboral mientras esté sujeto a luchas partidistas.

martes, 16 de octubre de 2012

Se crea una comisión de investigación

LA COMISIÓN INVESTIGARÁ LOS ACCIDENTES LABORALES PSICOSOCIALES TRAS CUATRO DENUNCIAS DE ACOSO
 

Comisión de Investigación sobre acoso laboral en el Ayuntamiento de Errenteria


CUATRO SENTENCIAS DICEN QUE HUBO MOBBING EN EL CONSISTORIO
 
Jose A. Rodríguez (izda) y Joseba Echarte, concejales actuales del
PSE que estuvieron en esta Comisión Municipal de Investigación.
El primero es el actual portavoz municipal del PSE, y el segundo fue
concejal de Urbanismo y MantenimientoUrbano cuando era alcalde
Merino, y quien reconoció que los hechos no debían haber ocurrido 
 
El pleno del Ayuntamiento de Errenteria decidió a finales de octubre crear una Comisión de Investigación para aclarar las circunstancias que han provocado en los últimos años accidentes de trabajo, reconocidos como tal en sentencia firme, a cuatro miembros de la plantilla municipal.
 
Las personas afectadas son una trabajadora de la Guardia Municipal, un técnico del Departamento de Urbanismo, el responsable de Mantenimiento Urbano y el responsable de Protección Civil. A los tres primeros les ha sido concedida ya una incapacidad para ejercer su trabajo y el cuarto se encuentra en este momento de baja. Los hechos que deberán ser ahora investigados resultan especialmente graves, en cuanto que, detrás del término “accidente de trabajo”, esconden situaciones de acoso.

El caso que mayor recorrido judicial ha tenido hasta el momento es el de la trabajadora de la Guardia Municipal. En sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco hace algo más de un año, se determina que «el acoso fue ejercido por sus jefes o superiores» y se señala también un «comportamiento antijurídico» del Ayuntamiento, dado que, «si hubiese evaluado el riesgo reseñado, (…) habría detectado la situación de hostigamiento continuo y prolongado vivida por la demandante entre 1995 y 2004 y habría adoptado las medidas adecuadas para ponerle fin que, previsiblemente, hubiesen evitado la descompensación psíquica severa e irreversible ocasionada por el citado  comportamiento».

Decidida la creación de esa Comisión de Investigación, los grupos municipales prefieren ser prudentes a la hora de pronunciarse sobre lo sucedido. Así, desde Ezker Batua se señala lo «complicado» del momento actual, en el que toca decidir la composición de ese órgano.

La izquierda abertzale considera también que no es momento de extenderse en declaraciones sobre estos hechos, «de cara a no obstaculizar la labor de la comisión». Esta formación recuerda, aun así, que «en los cuatro casos hay sentencias firmes. No hay duda de que han sucedido. Ahora hay que aclarar si los responsables de esas situaciones han sido técnicos o políticos del Ayuntamiento».

Muy distinto es el punto de vista del grupo municipal del PSE-EE, que considera «innecesaria dicha comisión». Desde este partido se ha afirmado a HIRIAN que «el tema que ocupa ya ha pasado por los correspondientes tribunales, no apreciándose culpa por parte del Ayuntamiento». Al haber planteado otros grupos la creación de esa comisión, «nosotros no hemos querido que parezca que algo quedaría en la sombra o no suficientemente debatido. Por ello hemos apoyado su creación», se afirma desde el partido que ostenta la Alcaldía.

El sindicato ELA, que junto a LAB lleva años de peregrinaje por Inspección de Trabajo, Osalan y tribunales para lograr que se reconocieran los hechos denunciados por las víctimas, entiende que esas afirmaciones por parte del PSE-EE suponen negar la mayor. «Esa culpa del Ayuntamiento está escrita en las sentencias», subrayan David Otegi y Txema Urrutia, este último delegado de Salud Laboral del Ayuntamiento y secretario del citado sindicato en el Comité de Empresa.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

A la agente de la Policía Local afectada los tribunales le han reconocido, además de su incapacidad, un recargo de prestaciones de un 40%, que deberá abonar el Ayuntamiento y que supondrá alrededor de 200.000 euros a las arcas municipales. El Consistorio ha apelado esa sentencia.

Las responsabilidades personales  no han sido dilucidadas ni en ése ni en los restantes casos. «El problema es que en la administración las culpas se diluyen mucho. Ese tipo de sentencias nunca entra a señalar a una persona concreta, con nombres y apellidos, como responsable del acoso. Y las consecuencias económicas las paga todo el pueblo», señalan desde  el sindicato ELA.

Las otras tres víctimas, todas varones, ocupaban altos cargos en el Ayuntamiento de Errenteria. «Cuando uno es jefe, no tiene muchos superiores», hacen ver Otegi y Urrutia, que apuntan que hay que mirar, por tanto,  a altas instancias del Consistorio para buscar a los responsables del mobbing.

Estos tres trabajadores padecen una enfermedad mental, a consecuencia de lo sucedido, y en uno de ellos el acoso derivó, además, en un infarto. Se da la circunstancia de que todas las víctimas eran «personas exquisitas en el trabajo y amantes de la labor que desempeñaban». El acoso se materializó, según los representantes de ELA, a través de un ninguneo, de un descargo de sus funciones y de su firma de poder, «puenteándoles y no permitiéndoles hacer su trabajo, que tanto les gustaba». La agente municipal empezó a sufrir este tipo de situaciones tras declarar en un juicio contra cargos superiores.

David Otegi afirma que la parte sindical considera más graves, si cabe, estos hechos, «porque no apreciamos ningún espíritu de enmienda. No hay, por parte del Ayuntamiento, ningún ánimo de aceptar que algo no se ha hecho bien». Txema Urrutia añade que un inspector de Osalan reconoció a la representación de los trabajadores que «en 25 años de profesión no se había encontrado un caso tan grave como el de Errenteria».

«Se está actuando con total impunidad», se lamentan. Dicen esperar que «de la Comisión de Investigación salga, al menos, un sistema de control que evite que se puedan volver a producir este tipo de situaciones».
 
 

lunes, 8 de octubre de 2012

Cuarta denuncia de acoso laboral


EL TÉCNICO DE PROTECCIÓN CIVIL MUNICIPAL DENUNCIA UN BOICOT HACIA ÉL

"En un solo año me vaciaron de funciones, me pagaban por no hacer nada, me hundieron"


(Extractos del artículo de NOTICIAS DE GIPUZKOA del 20/11/2010)
"Estuve muchísimo tiempo sin decirle nada a mi mujer y a mis hijos, nada de lo que me pasaba en el trabajo; llegaba a casa y trataba de sonreír, de que no me viesen mal, pero llega un momento en el que ya tienes que ir al psiquiatra, te ponen medicamentos, y pierdes la ilusión. Mi única esperanza ahora es que esta gente que tanto daño me ha hecho no se vaya de rositas".

Juanjo Briega, natural de Errenteria y residente en Donostia, es una de las cuatro personas que han denunciado mobbing o acoso laboral en el Ayuntamiento de Errenteria en los últimos años. Lleva trabajando para el Consistorio como técnico de Protección Civil más de 17 años y ocupa plaza de funcionario desde 1997. A sus 53 años, siente que aún tiene "mucho que ofrecer en su trabajo", en el que dice haber tenido "gran prestigio, incluso internacional". Asegura que sus superiores, con el alcalde José Luis Merino a la cabeza, le "han hundido profesionalmente", "vaciándole de sus funciones en menos de un año" y dejándole apartado en un despacho sin más tarea que "la de consultar el correo electrónico".

Su caso es el cuarto de una serie de denuncias por acoso, concentradas en "dos departamentos del Ayuntamiento" y que ha puesto en solfa al comité de empresa y la propia Corporación municipal. Esta situación ha forzado al Pleno, con el visto bueno del propio partido del alcalde (PSE, 8 concejales) y su equipo de Gobierno (PNV, 2 y Hamaikabat, 1), a aprobar la creación de una comisión de investigación para analizar la situación.

"Se han ensañado conmigo, sabiendo donde daban, donde más duele. Si yo estuviese con un pico y una pala trabajando quizá me habría alegrado de no tener nada que hacer, pero yo no estaba con un pico levantando baldosas, estaba haciendo algo que me encantaba. El trabajo me lo llevaba a casa. No quería ningún reconocimiento ni nada, lo hacía porque estaba enamorado de mi trabajo. De repente, en menos de un año, me vaciaron de funciones. Me pagaban por no hacer nada, Era una situación de boicoteo total. Me han hundido profesionalmente y con unos daños personales irreparables".

La situación que ha llevado a la baja por depresión a Juanjo "coincide con el cambio de Alcaldía" y la llegada de Juan Carlos Merino, en 2003, que en sus función de teniente de alcalde ya conocía la situación de Juanjo Briega y sus tira y aflojas que éste mantenía con el anterior alcalde, por el pago de complementos de su trabajo fuera de horario.

"Yo siempre he tenido un conflicto con el Ayuntamiento, primero con el anterior alcalde, Miguel Buen, por el tema de las horas, pero lo considero un conflicto estrictamente laboral, con sus tiras y aflojas que formaban parte de una negociación. Al final, nos entendíamos. Como no había que llamarme, porque yo estaba pendiente de la emisora para ir donde hiciese falta, pues no se me pagaban esos complementos que sí cobraban otras personas".

Briega no se resignó a "no hacer nada" y reivindicó en repetidas ocasiones que se definieran sus funciones como único técnico de Protección Civil del Ayuntamiento. Desde 2006, año en el que empezó el "verdadero calvario" hasta 2007, fecha de su primera baja, su desesperación le llevó a remitir un correo electrónico al departamento de personal, al médico y al comité de empresa, en el que un "funcionario aburrido buscaba pareja para ir de poteo". "En plan de coña", dice, "porque no me hacían caso ni respondían a mis requerimientos".

"Llegaba a las siete de la mañana. Tenía que mirar los correos y luego me iba a pasear, porque no tenía nada que hacer. Tenía que salir, porque a mí se me caía encima la oficina. De siete a dos era mi horario. El único parecido con mi situación anterior, era que antes también miraba los correos, pero tenía otras 800 cosas que hacer, cursos de salud laboral, planes de emergencia, charlas en colegios, acudir a emergencias...". Juanjo es, entre otras cosas, licenciado en Psicología y cuenta con un Master en Protección Civil y Gestión de Emergencias.

Dice David Otegi, delegado sindical de ELA que sigue su causa, que "esas labores que antes hacía Juanjo tampoco se le pasan a nadie; simplemente, se dejan de hacer. Tenían a un funcionario que llevaba días, meses, más de un año repitiendo que no tenía nada que hacer, y ni le contestaban".

La suya, dice Juanjo, era "una situación de boicoteo total. He denunciado ante Inspección de Trabajo al alcalde, al concejal delegado de personal, y al director de protección, que es el jefe de la policía local". Su caso está ahora en manos de Osalan.

Juanjo se ve joven para no hacer nada, a sus 53 años. Cree que le han hecho pasar "del paraíso al infierno" y se aferra al cariño y reconocimiento profesional que ha recibido y recibe aún hoy incluso desde el extranjero por algunos de sus trabajos: "Mucha gente que se ve acosada, manifiesta falta de autoestima... Yo no. Me siento mal, pero no tengo problemas de autoestima. Me doy cuenta de que quienes no me han reconocido son unos señores mediocres que no saben lo que es Protección Civil y lo han hecho por despecho. No porque yo no valga".

(Artículo de MIKEL MUJIKA)

jueves, 4 de octubre de 2012

Tercera denuncia: Osalan e Inspección de Trabajo intervienen

EL TRABAJADOR TAMBIÉN DENUNCIÓ IRREGULARIDADES DEL ALCALDE MERINO Y DE UNA SUBORDINADA SUYA EN MANTENIMIENTO URBANO

(Artículo publicado en el el el periódico GARA el 16/11/2010)
http://www.gara.net/paperezkoa/20101116/232343/es/Osalan-apunta-nuevo-caso-acoso-laboral-Ayuntamiento-Errenteria


Osalan apunta a un nuevo caso de acoso laboral en el Ayuntamiento de Errenteria

Un libro elaborado por varios integrantes del «Observatorio Vasco sobre acoso moral en el trabajo» revela que los casos de acoso se dan, sobre todo, en administraciones locales, donde se tiende a apartar a funcionarios «incómodos». Un trabajador que tuvo durante años como jefe al actual alcalde de Errenteria denuncia haber sido acosado durante años.

Tras la denuncia interpuesta por el Encargado General y, por tanto, responsable técnico del Departamento de Mantenimiento Urbano del Ayuntamiento de Errenteria ante Osalan (Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales), dicho instituto ha constatado en un informe, con fecha del 23 de abril de 2010, y al que ha tenido acceso GARA, que el Consistorio de esta localidad ha incumplido reiteradamente la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en relación a este trabajador.
 
Joaquín Acosta, concejal de Personal del PSE cuando se presentaron las cuatro
denuncias de acoso laboral y bajo cuyo mandato el Ayuntamiento no cumplió la
Ley de Prevención de Riesgos Laborales, según se puede leer en las sentencias
 
Según consta en el informe de Osalan, después de que el Encargado General presentara la denuncia, un Técnico de Prevención de Riesgos Laborales de este organismo con funciones de inspección se reunió con varios responsables del Ayuntamiento, así como con los delegados de prevención del mismo. Posteriormente, en febrero de este año, formuló una propuesta de requerimiento donde, entre otras cuestiones, afirma que el Consistorio incumplió el artículo 14.2 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que determina que «el empresario deberá garantizar la seguridad y salud de los trabajadores en todos los aspectos relacionados con el trabajo».

En este sentido, Osalan señala en dicho requerimiento que en la reunión mencionada, ambas partes admitieron que el Consistorio, de forma reiterada, ha ejercido «un sistema de organización y ordenamiento del trabajo que vulnera las funciones y responsabilidades propias del puesto del trabajador». Por ello, la propuesta concluye que hubo una vulneración durante un largo periodo de años de las condiciones de trabajo del denunciante.

Asimismo, el informe subraya que la evaluación de riesgos psicosociales efectuada en noviembre de 2008 por una empresa externa del Servicio de Prevención en el Departamento de Urbanismo del Consistorio, reflejó «respuestas positivas en relación al hostigamiento psicológico/mobbing» en dicha área. En este sentido, Osalan afirma que «el resultado de la referida evaluación (...) puede hacerse extensivo» al trabajador denunciante. Cabe señalar que en el mismo protocolo para la solución de conflictos en materia de acoso del Ayuntamiento de Errenteria se dice que la intimidación y el acoso se pueden manifestar a través del «vaciamiento paulatino del ejercicio de funciones inherentes a su puesto de trabajo», hecho al que fue sometido el trabajador, según se constata en el informe de Osalan.

Después de formular la propuesta de requerimiento, donde Osalan propuso cinco medidas que debía adoptar el Ayuntamiento, y tras el periodo para que esta parte formulara alegaciones y aportara la documentación que considerara necesaria, Osalan emitió un informe definitivo donde constató y confirmó los incumplimientos de la ley por parte de la institución municipal.

Entre otras cuestiones, el Instituto remarca que el denunciante estuvo de baja desde el 25 de enero de 2008 al 23 de abril de 2009, casi quince meses, y que una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) del 30 de marzo de 2010 declaró en sentencia firme que dicha baja derivó de accidente de trabajo, debiéndose resaltar que esta sentencia fue emitida antes de que Osalan realizara sus informes definitivos.

Tras incorporarse a su puesto de trabajo a partir de abril del año pasado, Osalan recuerda que en julio de ese mismo año un informe médico elaborado por una doctora contratada por el Ayuntamiento afirmaba, «con conclusiones rotundas», que la situación clínica del funcionario era «absolutamente incompatible con su desempeño laboral». No obstante, el trabajador tuvo que seguir acudiendo a su empresa durante varios meses más. Ante esta situación, otro informe médico posterior de Osakidetza decía textualmente que «es contraproducente su incorporación a cualquier actividad laboral».

Por todo ello, y porque el denunciante acudió a trabajar hasta el mes de octubre, fecha en la que se le otorgó otra vez la baja, el informe de Osalan concluye que el Ayuntamiento no sólo no accedió a las recomendaciones médicas que tenía, sino que el denunciante acudió al trabajo durante más de 110 días hasta que recibió la nueva baja, lo que supone un incumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

Junto al citado informe de Osalan, este diario también ha tenido acceso a otros escritos entregados en la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Gipuzkoa. En uno de ellos, con fecha del 13 de noviembre de 2008, el trabajador afectado relata las actuaciones del Ayuntamiento de Errenteria entre los años 2000 y 2008. Explica que su relación laboral con el Consistorio comenzó en 1984 y que en 1997 fue nombrado encargado general del Departamento de Mantenimiento Urbano.

«Campaña de hostigamiento»

En los últimos ocho años, afirma este trabajador, han querido arrastrarle «a una situación de aislamiento» con «intentos de disminuir» sus funciones, así como de modificar el organigrama de su departamento, para, en definitiva, «acentuar el control» sobre su persona y poder «culminar la campaña de hostigamiento».

Como detonante de los hechos, relata que a partir del año 2000 se empezó a nombrar en diversos listados municipales a una persona como trabajadora del área de Mantenimiento Urbano, «cuando nadie de este departamento sabía quién era, porque no trabajaba en el mismo», según el relato del funcionario, y añade que la documentación que tiene, y que ha sido aportada tanto a la Inspección como a Osalan demuestra «claramente» su versión. Asimismo, afirma que realizó varios informes a diferentes responsables del Consistorio, avisando de que esa trabajadora no pertenecía a su departamento. No obstante, «no recibí ninguna respuesta», narra en su escrito.

Explica también que en 2002 se aprobó crear para la plantilla municipal del año 2003 una plaza de Arquitecto Técnico en el área de Mantenimiento Urbano del que él era Responsable Técnico, «sin ser consultado ni informado». El funcionario afirma, al respecto, que esta plaza se creó en base a un informe del actual alcalde de Errenteria, Juan Carlos Merino, entonces concejal-delegado del departamento, en el que decía que «dada la cantidad de trabajo generado por el departamento de Mantenimiento Urbano, y a las excesivas funciones que presenta el Encargado General, se solicita la incorporación al departamento de un Arquitecto Técnico que colabore con el anterior». No obstante, según el denunciante, la persona que ocupó dicha plaza, que era casualmente la nombrada en los listados mencionados de años anteriores, no apareció en dicho departamento en dos años, ni en los años anteriores.

Además, las bases interinas que se crearon para ocupar la nueva plaza fueron denunciadas en la prensa por el comité de empresa por considerar que «la plaza ofertada por el equipo de gobierno no es transparente, y más bien tiene un cierto aire de chanchullo». «Los hechos posteriores han demostrado que no perdonaron mi actitud de desear que todo este proceso se diera con la mayor transparencia», afirma el funcionario.

En definitiva, en su escrito entregado en la Inspección de Trabajo y corroborado después en los informes de Osalan, denuncia que «han intentado excluirme de funciones que corresponden a mi puesto de trabajo: rebajando, por la vía de los hechos, mis competencias». Al mismo tiempo, relata que la gran acumulación de trabajo que tenía supuso una situación de estrés continuo que denunció en varios informes, sin tener nunca respuesta alguna por parte de la empresa. Esta situación fue, según el trabajador, la causa de que en enero de 2008 tuviera una baja de 15 meses debida, según sentencia judicial, a «accidente de trabajo». Finalmente, en febrero de este año el Instituto Nacional de la Seguridad Social le reconoció la incapacidad permanente.

A la vista de los hechos, y según consta en otro documento al que GARA ha tenido acceso, los delegados de prevención del Ayuntamiento, después de que el trabajador se dirigiera a ellos exponiéndoles los hechos con una abundante documentación, presentaron una denuncia ante la Inspección de Trabajo de Gipuzkoa pidiéndole que abriera una investigación para esclarecer los hechos «que podían encajar en un supuesto de acoso laboral». Posteriormente, en numerosas ocasiones, y ante diferentes organismos, dichos delegados han solicitado reiteradamente que se investigue adecuadamente el caso del citado trabajador.

Esta Inspección, según consta en diversos escritos de delegados de prevención municipales, hizo tres requerimientos al Ayuntamiento, pero éste no los cumplió. Uno de los requerimientos fue que la persona que ocupó la nueva plaza que se creó en Mantenimiento Urbano fuera trasladada a otro departamento. No obstante, esa persona no sólo no fue trasladada, sino que ahora ocupa el puesto del trabajador denunciante.

Posteriormente, la Inspección de Trabajo se ha apartado de este tema ya que, según reconoce el propio responsable de este organismo en un documento, el Departamento de Empleo de Lakua ha determinado que la Inspección de Trabajo no es competente en materia de salud laboral en las Administraciones Públicas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa ya que esta competencia corresponde a Osalan por el Decreto 20/2008. Así, el Jefe de la Inspección confirma que en el asunto de este trabajador «la investigación y el informe de Osalan son válidos».

Además del informe de Osalan, que investigó el conflicto desde la perspectiva de la prevención de riesgos, otra sección de este organismo, la Unidad de Salud Laboral, analizó desde la perspectiva médica la actuación de la empresa con el trabajador durante 2009. En este informe se afirma que el Servicio de Prevención municipal no actuó debidamente. lo que motivó un informe de Osakidetza para corregir su actuación. Las últimas conclusiones de este informe son clarificadoras ya que constatan que el Ayuntamiento no respetó el artículo 25 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales «poniéndolo (al trabajador) en situación de peligro dada la gravedad de su estado».


«Acoso en la Administración pública»

Asimismo, y según fuentes a las que ha tenido acceso este diario, tanto Osalan como la Autoridad Laboral tienen también conocimiento de una serie de presuntas irregularidades de otra índole ocurridas en el departamento municipal del que era responsable el trabajador y que ocurrieron sin que éste pudiera evitarlas, y que se relacionan con actuaciones realizadas por el actual alcalde cuando era su jefe inmediato, y por la funcionaria que ocupa ahora su puesto.

En este sentido, cabe señalar que el libro «El mobbing en las Administraciones Públicas: cómo prevenirlo y sancionarlo», fruto del trabajo de un conjunto de especialistas integrantes del «Observatorio Vasco sobre acoso moral en el trabajo» dice lo siguiente: «El acoso moral laboral respecto a los empleados públicos frecuentemente proviene de sus superiores, fundamentalmente si aquel lo padecen técnicos o quienes ostenten puestos relevantes en la estructura administrativa que pueden convertirse en incómodos ante cambios de tendencia política. De hecho, la experiencia práctica de los Tribunales suele producirse en este ámbito y, sobre todo, en Administraciones Locales dada su estructura en la que se dan casos en los que se tiende a apartar a funcionarios incómodos o que, con sus informes, puedan dificultar el desarrollo de actuaciones que interesan al nuevo poder».

Aprueban la creación de una comisión para que investigue los cuatro casos
A propuesta de los electos de la izquierda abertzale del Ayuntamiento de Errenteria, el Consistorio aprobó el pasado 29 de octubre la constitución de una comisión de investigación para esclarecer las circunstancias que han llevado a que en un breve plazo cuatro trabajadores municipales hayan sufrido accidentes de trabajo, tras los cuales el Ayuntamiento ha recibido sentencias en su contra.

Y es que, junto al caso del trabajador expuesto en este reportaje, se valorará el caso de un ingeniero técnico que desempeñaba la función de técnico del departamento de Urbanismo en el Ayuntamiento, al que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) reconoció la incapacidad permanente absoluta para todo trabajo y sentenció que dicha incapacidad derivó de accidente laboral.

Otra persona que trabajaba como policía municipal fue, según sentencia judicial, objeto de acoso constante por parte de sus superiores. El INSS le reconoció también la incapacidad permanente y determinó que el origen de la enfermedad que padece «fue la conducta de hostigamiento laboral de la fue víctima».

El tercer caso se refiere a Juan José Briega, técnico de Protección Civil, quien denunció que en 2005 sus superiores comenzaron a vaciar de funciones su puesto y que desde entonces fue acosado. También en este caso los tribunales sentenciaron que la baja que tuvo Briega en 2007 fue de origen laboral.

(Artículo de AMAIA ZURUTUZA)